Tuesday, November 6, 2012

ARTICULATE BALTIMORE



El domingo pasado me acerqué a Baltimore a pasar el día. Tenia mucha curiosidad por ver lo que había dejado tras de sí el reciente festival ARTICULATE, comisariado por Stefan Hauswald y Jesse James, dos artistas locales. Además, también quería echar un vistazo a algunos de los murales del OPEN WALLS que no estaban terminados la última vez que estuve por allí y como no, dar algún paseo en busca de lo inesperado. Os confieso que no estaba preparado para lo que me encontré… posiblemente el empacho de arte urbano más grande que me he dado nunca.

El festival ARTICULATE ha nacido con la intención de conectar de alguna manera la zona conocida como Bromo Tower (área artística de la ciudad) y la zona de North Station, donde se celebró el BALTIMORE OPEN WALLS el pasado mes de Mayo.


Baltimore es una ciudad curiosa que ha visto como sus barrios han sufrido diferentes ciclos de éxito y fracaso. Esta zona donde se celebraba el festival, es un buen ejemplo del reflejo de estos cambios sociales y económicos a través de los años. Considerado el centro de la ciudad hace mucho tiempo, sus calles muestran arquitecturas impresionantes, llenas de detalles exquisitos. Pero debido al desplazamiento del centro urbano a una nueva área junto al mar, esta zona se fue quedando desierta poco a poco hasta llegar a un estado de abandono casi total. La gran mayoría de los edificios están vacíos y entre ventanas tapiadas y construcciones muy deterioradas, todavía se puede ver ese antiguo esplendor que estoy seguro, no tardará mucho en volver.



Todos los murales realizados durante el festival se encuentran concentrados en tres o cuatro manzanas, por lo que aparcamos el coche (en Howard Street) y realizamos el trayecto a pie. Nada mas bajar del coche empecé a ver que casi todos los tablones de madera utilizados para tapiar puertas y ventanas, han sido utilizados por artistas y el contraste de los colores con los edificios abandonados es bastante espectacular.


También en Howard Street, uno de los numerosos murales del BALTIMORE LOVE PROJECT, creado por MICHAEL OWEN (perdonad lo horroroso de las fotografías):



El primer mural del ARTICULATE que vi fue el de CHRIS STAIN y BILLY MODE, con dos niños sonrientes como protagonistas sobre un colorido fondo:




Junto a él, una pequeña casa pintada en un potente color azul muestra unos posters de NETHER, algún que otro graffiti, una curiosa pegatina de XXIST (os acordáis?) y un tierno póster cuto autor desconozco (¿Podría ser SORTA?):





Desde ese mismo punto se pude ver el increíble robot de PIXEL PANCHO. No importa donde se ponga uno, el dichoso robot parece que te sigue con esa imponente mirada:






Ya en otra manzana, un estrechísimo callejón guarda uno de los mejores murales de todo el festival, el de INDIGO. Su localización entre una casa y un parking (abandonado o en obras) hace casi imposible el poder fotografiarlo en condiciones:





Desde el mural de Indigo y doblando la esquina, llegué a un solar rodeado por casas abandonadas. Las pocas muestras de arte urbano que me encontré allí me parecieron curiosas; unas abstracciones geométricas realizadas con cinta adhesiva sobre tablones de madera, un póster de SORTA que muestra a un hombre contemplativo y feliz y dos chicas enmascaradas que solicitan “no masters”:





El graffiti más clásico estuvo representado por los murales de HKS 181 y de WAYS junto a J. DIGITAL. Junto a ellos, la abstracción en forma de rombo de JESSE UNTERHALTER. Otra vez, el sol se ponía en mi contra:







Las dos manzanas que separan este punto del mural del italiano 2501, están llenas de posters, pinturas, instalaciones, etc. El antiguo cine Mayfair despliega una interesante colección de posters de NETHER y SORTA (incluyendo otra vez, el hombre contemplativo y feliz):






Un poco más arriba, unas casas abandonadas (y preciosas), sirven de soporte para algunas piezas de JORDAN KASEY, JOSH VAN HORNE y KATHERINE RALSTON (en ese orden) y un par de puertas, una que habla mucho y otra que no dice nada:








El final de este primer tramo de visita fue el espectacular mural de NEVER 2501. Mientras lo fotografiaba, una vecina me comentó que el solar en el que se encuentra, estuvo ocupado por uno de los edificios mas antiguos de esa zona de Baltimore. Al parecer, su dueño lo destruyó recientemente cuando compró el edificio grande que sirve de soporte al mural. Su intención era la de construir apartamentos de lujo, pero al quedarse sin dinero, las obras pararon y así se ha quedado la historia:




Me hace mucha ilusión ver como Baltimore se está haciendo un nombre en el panorama americano del Street art. Sobretodo desde que el alcalde de Brooklyn decidiera poner un especial énfasis en su absurda política de tolerancia cero hacia el arte urbano. Lo mejor es la respuesta positiva de los vecinos, que están encantados de ver como su barrio recupera poco a poco el color que se le había ido apagando con los años.

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